jueves, 30 de septiembre de 2010

No cumplimos con una cuota de muertes

TAJËËW DÍAZ ROBLES

La alerta ha disminuido, tras lo ocurrido en día de ayer en Tlahuitoltepec, comunidad del pueblo mixe en el estado de Oaxaca. Las autoridades locales, e incluso medios de comunicación, han declarado que el alboroto superó los hechos, que no hay 300 casas afectadas sino cuatro, y que hay 11 desaparecidos y no mil como se llegó a decir inicialmente. El flujo de la información era lento y confuso, y las principales versiones se basaban en declaraciones hechas por el mandatario estatal, que a su vez se citaban por autoridades agrarias de Tlahuitoltepec. Este municipio es uno de los 418 que se rige por el sistema de usos y costumbres.

Desde las 4 horas en la madrugada las autoridades reportaron el derrumbe de un cerro, la comunidad estaba sin servicio de luz y con lluvia, se informó sobre un número aproximado de casas afectadas, puesto que la oscuridad no permitía dar una cifra real: 400 casas afectadas fue la primera versión, no se reportaron muertos, pero se temía por la vida de los que viven cerca del lugar del suceso y en general por la gente de la comunidad (alrededor de 8 mil habitantes).

A las 8:07 horas Milenio Diario retomó declaraciones del director del Instituto Estatal de Protección Civil, Carlos Ramos Aragón, que reportaba al menos 300 viviendas sepultadas, unas 100 familias desaparecidas y que el número de víctimas podía crecer; que debido a la emergencia, se aplicó el plan DNIII y el Ejército Mexicano ya se desplazaba a esa zona por tierra y aire, junto con una centena de rescatistas de distintas instituciones públicas y civiles, así como personal de los Servicios de Salud del estado. Mencionó la dificultad orográfica para acceder a la zona que está incomunicada por las lluvias. El funcionario emitió una alerta de emergencia y solicitó se enviaran refuerzos para la búsqueda y rescate de víctimas.

El gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, en entrevista con Carlos Loret de Mola en el noticiario Primero Noticias calculó que tras el siniestro había entre 500 y 600 personas enterradas por el alud, e incluso se aventuró a decir que podían llegar a mil. Horas después las autoridades se comunicaron a diversos medios para reportar los hechos: que había varias casas dañadas, sin especificar número, no reportaban muertos y sí varias personas desaparecidas. Las primeras personas que se trasladaron encontraron caminos tapados por otros desgajamientos y por aire no pudieron aterrizar debido a que seguía lloviendo, no se podía asegurar hasta ese momento nada, ni el número de casas afectadas, ni el número muertes o desaparecidos. Para la noche ya se decía que era falsa alarma, porque no había muertos y “sólo” 11 desaparecidos, por lo que se suspendía el envío de personal de rescate.

Hoy es preocupante que se responsabilice a las autoridades municipales por crear una alerta nacional (que tuvo alcances internacionales, como se puede constatar en los medios electrónicos de diferentes países) ante un desastre “menor”, como lo han calificado.

Las autoridades estatales ahora se justifican diciendo que sólo informaron lo que les habían comunicado las autoridades agrarias y durante el día de hoy se ha llegado a decir que se pueden fincar responsabilidades por dar falsa información; ante esto las autoridades agrarias de la comunidad declararon que la información fue malinterpretada y que ellos lo único que hicieron fue reportar el hecho tal y como se estaba viviendo en esos momentos. El manejo que se haya dado en los medios y en los diferentes niveles del gobierno no es su responsabilidad.

Hemos leído a lo largo del día que las autoridades mintieron, que inflaron números. La información que tenemos de la comunidad es que hay dos familias desparecidas bajo el lodo, las localidades que componen el municipio están incomunicadas y se tienen reportes de que también están afectadas, pero aún no se puede verificar. La lluvia no da tregua, y según los habitantes de la comunidad, varias zonas tienen alto riesgo de sufrir desgajamientos.

Las imágenes que están circulando desmienten que sea una falsa alarma, las declaraciones de las personas que perdieron familiares y patrimonio confirman que sí es una situación de alerta, y piden la ayuda que ahora ya no mandarán porque no cumplieron con una cuota de muertes.

La realidad es que Tlahuitoltepec es sólo una de las muchas comunidades afectadas en la zona, como Villa Hidalgo Yalalag, Chuxnaban Quetzaltepec, Ayutla, Tamazulapan y otras a las que también habrá que prestarles atención.

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